Ha llegado el momento de reformar nuestras reglas del juego electoral, después de la reforma “exprés” de nuestra Constitución, ya nada es inamovible dentro del juego democrático de nuestro país, así la reforma de la Ley Electoral se presenta en estos tiempos de crisis económica y política como una necesidad que necesariamente pasa por el ejercicio democrático de los partidos políticos que el 20 de noviembre obtengan representación en las cámaras españolas.
Los partidos que obtengan representación, mayoritariamente PSOE, PP y nacionalistas vascos y catalanes, tendrán que hacer el esfuerzo de promover una reforma legislativa generosa, donde precisamente los partidos beneficiados por el pacto de la transición, pierdan algunos de sus “beneficios” electorales, en favor de otras fuerzas minoritarias, y de una democracia más representativa del conjunto de la sociedad española.
Así estos partidos tienen que decidir cuestiones tan sensibles como la reforma severa que necesita el Senado, para convertir éste en la cámara realmente representativa de las nacionalidades, regiones y comunidades autónomas que configuran el espacio político de España, si esto se consiguiese el siguiente asunto a abordar sería la reforma de las circunscripciones electorales para la elección de los representantes del Congreso, así se podría pasar de la circunscripción provincial actual a un sistema mixto donde conviva por un lado una circunscripción única estatal, donde todos los partidos contasen con las mismas posibilidades de obtener representación y sería la única forma de que los votos de todos los ciudadanos españoles contasen lo mismo para la elección de sus representantes y por otro unas circunscripciones más pequeñas que la provincia (comarcas y grandes municipios) que favoreciesen el conocimiento y reconocimiento de los representantes de esos territorios.
Como éstas medidas darían unas cámaras más plurales, principio consagrado en nuestra Constitución, y sería necesario abordar la elección del Presidente del Gobierno de forma que facilitase la constitución de un Gobierno estable, así como ocurre en otros países de nuestro entorno, la elección del Presidente podría realizarse siguiendo un mecanismo de Doble Vuelta, en el caso de que ninguna fuerza política alcanzase la mayoría absoluta en la primera vuelta de elección a los representantes del Congreso.
Esta reforma electoral, necesariamente debe ir acompañada de una modernización, y por consiguiente el abaratamiento, del proceso electoral que permitiese gracias al DNI Electrónico o Certificado Digital, la posibilidad del voto telemático, lo que facilitaría el escrutinio de las mesas electorales y por lo tanto la posibilidad real de que las listas fuesen abiertas y que los ciudadanos fuesen más libres de votar a sus representantes.
Pero esta reforma electoral será muy difícil que vea la luz, en una política sembrada de mediocres, de falsos demócratas y de políticos y políticas partidistas, miopes y cortos de mira, que sólo se preocupan por los votos de ahora y no por los votos del mañana.
Desde Orgullo Socialista estamos convencidos que si hay un partido capaz de afrontar una Reforma como la aquí propuesta, ese es sin duda el Partido Socialista Obrero Español, un partido formado por hombres y mujeres que en otras épocas se jugaron su libertad y su vida por defender una democracia, un partido que luchó para que el voto de la mujer valiese lo mismo que el de un hombre ( a pesar de creer que tal decisión le perjudicaba electoralmente), creemos sinceramente que los hombres y mujeres, militantes, votantes y simpatizantes que actualmente tiene el PSOE quieren que en este país se empiecen a hacer las cosas de forma distinta y que por lo tanto una reforma electoral como la planteada sea posible.
Ilustración.- Iván Solbes ( Diario Público)
No hay comentarios:
Publicar un comentario