jueves, 9 de febrero de 2012

Apuntes sobre el 38 Congreso del PSOE. 2ª Parte


Muchas y muchos habrán tenido la sensación de que han ganado el Congreso, otros grupos tendrán la sensación de que han perdido el Congreso,  sin embargo el que realmente ha perdido el Congreso ha sido el Partido Socialista Obrero Español.

La prioridad del partido debe ser recuperar la confianza de la ciudadanía, pero para alcanzar ese objetivo es fundamental que las estructuras del partido recuperen la confianza de los militantes.  Dar un “salto mortal” y acercar los dirigentes del partido a la ciudadanía no es posible si antes no se ha dado el paso de convencer a la militancia del partido sobre el futuro y el proyecto político.

El 38º Congreso no ha servido para recuperar la confianza de la militancia, y mucho me temo que no sirva tampoco para recuperar la confianza de la ciudadanía.

Más allá de aportaciones vacías a la participación y a contar con un partido más abierto, no se han dado pasos concretos para que se tome en cuenta la voluntad del militante, ya que se han rechazado cuestiones que van en ese sentido como la elección directa, mediante sufragio universal, de los secretarios generales o de los componentes de las listas electorales, fiándolo todo a una posterior Conferencia de Organización para dentro de unos meses, aplazando lo inevitable, que no es más que encontrar nuevas formas de relación entre la militancia y entre ésta y la sociedad a la que queremos representar.

Con este Congreso se ha solucionado un problema de interinidad, y de legitimidad si cabe, al frente del Partido, ya que tras las derrotas electorales del 22 de mayo y del 20 de noviembre la anterior dirección había quedado tocada de muerte.  Sin embargo, no se han solucionado con este Congreso dos cuestiones fundamentales ¿Cómo nos organizamos internamente para atraer a más activistas al partido?  ¿Qué alternativa ideológica podemos ofrecer frente al pensamiento único que se ha apoderado de Europa para hacer frente a la crisis económica?

Estas cuestiones no han estado presentes en la mente de las delegadas y los delegados que acudieron al 38 Congreso, previamente bien seleccionados y seleccionadas por los distintos congresillos previos al cónclave sevillano, pues de haber sido de otro modo los otros dos aspirantes hubieran tenido una mínima oportunidad de conseguir los avales necesarios para pelear la Secretaría General a los avalados por el aparato federal del Partido, así  sus mentes se ocupaban de si ganaba el uno u la otra, sin reparar que el que podía perder era el PSOE y con ella el modelo de sociedad que defendemos, librando un sin fin de batallas locales, provinciales y regionales al mismo tiempo, existiendo en algunas y algunos la sensación de que se estaban jugando su propia supervivencia política, ante la amenaza de una actuación draconiana por parte de los vencedores.

Todo esto ha contribuido a distorsionar el proceso congresual, hasta tal punto de reducirse a una simple cuestión de buscar acomodo en un nuevo tiempo orgánico, ante la imposibilidad manifiesta de ser referentes sociales y tener un protagonismo institucional y de gobierno.  Por tanto, como esta era la cuestión a dilucidar, no se han puesto las bases para determinar una nueva forma de organización, ni siquiera para avanzar una nueva alternativa ideológica.

Esta sensación ha calado en el conjunto de la ciudadanía, que piensa que el PSOE no es capaz de generar nuevos liderazgos, y que se siente cómodo en el pasado, en un pasado exitoso eso sí, pero pasado al fin y al cabo, con absoluta independencia de quien hubiese ostentado la Secretaria General, pues ambos representaban modelos agotados, ahora sólo queda la actual Dirección en un ejercicio de responsabilidad con el PSOE empiece a abrir los canales necesarios de participación de acuerdo a lo que la sociedad vienen demandando desde hace tiempo al PSOE.

Por tanto, lo prioritario era en todo caso que el PSOE se convirtiera en un lugar fértil para que surgieran ideas y liderazgos en todos los niveles, locales, regionales, nacionales y europeos.  Y en el que las capacidades de los individuos no se vieran taponadas por las consabidas mayorías que se basan en el dirigismo para mantener su estatus.

Salimos del 38 Congreso con una nueva Dirección que tiene una enorme responsabilidad y que no es otra que resolver los problemas que se han quedado pendientes en el Hotel Renacimiento de Sevilla.  Y la prioridad debe ser que nuestro partido no se anquilose, que no haya ánimo revanchista, que reconozca la necesidad de contar con todas y todos las y los militantes, y que deben incorporarse nuevas personas a la militancia activa, para que las casas del pueblo tengan un peso político en cada municipio y en cada distrito.

Es responsabilidad de todos aunar esfuerzos para la consecución de cada objetivo, y cada militante debe ser consciente de esto en cada acto dentro y fuera del partido, aunque es sin duda la Dirección Federal la que tiene un mayor grado de responsabilidad de que se cumplan las expectativas de las y los militantes del Partido Socialista Obrero Español.