sábado, 14 de mayo de 2011

Reflexión tras el debate en TVE


Después de seguir con interés los debates celebrados hasta la fecha entre los candidatos a la alcaldía de Sevilla y de analizar las propuestas que tienen los candidatos de las fuerzas mayoritarias para la capital de Andalucía. He de decir que me siento como socialista muy orgulloso de Juan Espadas como candidato a la alcaldía por el partido Socialista y de la forma que ha tenido de entender estos encuentros ante los medios y ante los vecinos y vecinas de Sevilla.

Juan Espadas ha sido capaz de lanzar propuestas e ideas para hacer de Sevilla una ciudad mejor, con más empleo, más habitable y más segura, sin necesidad de avasallar a sus oponentes en la carrera al sillón de la Plaza Nueva, sin perderse en una retórica vacía como se ha demostrado en el debate protagonizado en TVE que ha llevado tanto a Torrijos como a Zoido a consumir todo el tiempo, no sólo el suyo propio sino el de los otros; privándonos a los sevillanos y sevillanas de un debate real y de futuro para Sevilla, que fuese clarificador para que los sevillanos supiésemos con certeza las propuestas de las distaintas fuerzas políticas, especialmente las del PP, para los próximos 4 años. Los sevillanos están comprobando como Juan Espadas es un candidato solvente, con ideas reales, que apuesta decididamente por el área metropolitana como motor económico para Sevilla, para esa Gran Sevilla en la que vivimos y que no dice exclusivamente lo que los ciudadanos quieren oír.

En cambio el candidato del PP, acude a esta cita electoral con el programa de 2007 en la mano, dando muestra de vagancia política, obviando la realidad de Sevilla cuatro años después, prometiendo más y mejor, y todo a todo el mundo, pero sin explicar cómo va a lograr la cadratura del círculo y eso es tanto como decir: “y dos huevos duros”. Un candidato que lo ve todo negro, que no confía en las posibilidades reales de Sevilla, negando los logros obtenidos, cuestionando proyectos e inversiones para Sevilla, y sobre todo dando muestras de no querer a Sevilla, que es tramposo como se demostró el mismo día del inicio de la campaña electoral y al que no le duelen prendas de presentarse a los sevillanos con el mismo programa que en 2007, insultando por tanto la inteligencia de las gentes de Sevilla y que cree que sólo con la foto es suficiente para ganar la Plaza Nueva.

Por contra Torrijos, se concentró en una crítica feroz a las políticas conservadoras del PP allá donde gobiernan, así como aprovechó para atacar a las medidas puestas en marcha por el Gobierno de España, obviando de que estas elecciones son elecciones municipales y por tanto ahora no toca hablar de España sino de Sevilla; no obstante se centró en el tema y llegó a hacer alguna propuesta concreta.

Sevilla se merece un alcalde como Juan Espadas, honesto, trabajador, implicado con los más desfavorecidos y dispuesto a poner a Sevilla en el lugar que por historia, población, capacidad y talento le corresponde.

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