El PSOE, nos es más que una
herramienta de transformación social con más de 130 años, rara vez una herramienta
diseñada tanto tiempo atrás cumple
eficazmente con el cometido para el que se diseñó, especialmente si de una
herramienta social se trata, haciendo obligado su actualización constante al
contexto histórico, político y socioeconómico donde debe desenvolverse con la
agilidad necesaria para que esa herramienta no quede relegada al fondo del cajón.
En estos días donde, el Gobierno
del PP ha puesto en jaque el estado del bienestar diseñado por la sociedad
española durante los últimos 40 años y donde el PSOE ha tenido un papel
fundamental en la conquista de los derechos y garantías que ahora se empiezan a
perder, se hace más necesaria que nunca la actualización del PSOE a estos
tiempos, para ello al contrario de lo que pudiera parecer, es imprescindible
que la familia socialista hable más que nunca entre ella para buscar las
soluciones que nos permitan reconquistar los derechos perdidos, así no creemos
que el hablar del modelo de Partido, que es tanto como poner las primeras
piedras de un castillo, haga daño a la sociedad española, quizás lo que habría
que hacer es comunicar mucho mejor a la ciudadanía la necesidad de que el PSOE
tiene de poner las piedras de su futuro, pues de la solidez de esa construcción
los beneficiarios no serán otros que los españoles y españolas.
Ahora bien, dicho lo cual, el
PSOE no puede estar eternamente discutiendo sobre las personas llamadas a
dirigirlo, por el contrario las casas del pueblo deben estar llenas de compañeros
y compañeras con la fuerza y las ideas necesarias, para salir de esta situación
a la que nos ha llevado una política capitalista, que no hemos sabido parar a
tiempo, creyendo que al “monstruo” lo teníamos bien controlado dentro del
castillo constitucional y democrático diseñado a finales de los años 70. Durante
todos estos años el monstruo capitalista hay ido haciéndose fuerte poco a poco,
creciendo gracias a leyes liberadoras de los mercados, sin mostrar la patita
hasta que no ha visto que la sociedad estaba lo suficientemente “madura” como
para meterle el diente, sin posibilidad
de respuesta.
Las bases del Partido Socialista
tienen la obligación moral de intentar revertir esta situación, para ello lo
primero que debe de hacer es controlar la herramienta y actualizarla a los
nuevos retos, expulsando de su organización a tanta manzana podrida que ha
crecido al calor de las prebendas del poder, antes que dichas manzanas terminen
por corromper todo el cesto. Para a continuación lanzar el mensaje de esperanza
que el pueblo español está esperando oír por parte del único partido que ha
sido capaz de construir un estado donde la solidaridad tanto entre territorios como
entre clases ha sido su seña de identidad.
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