sábado, 2 de julio de 2011

Nosotros, los de antes, ya no somos los mismos

Ayer tuvo lugar el Comité Provincial Extraordinario del PSOE de Sevilla, éste se celebró una vez pasada la cuarentena del 22-M, y después de los debates del Estado de la Nación y del Estado de Andalucía.

Por primera vez en mucho tiempo los asistentes al mismo presenciamos unas intervenciones autocríticas con la organización, alejadas de la autocomplacencia y autobombo que en tan de moda se pusieron durante mucho tiempo. Parece en primer lugar que los dirigentes de nuestro partido vuelven a tomar el pulso a la sociedad y a la propia militancia, que vienen demandando otra forma de hacer política, una forma de hacer política más centrada en la Política y menos en los políticos, ya no es el tiempo de falsos líderes, sino de compañeros y compañeras que son referente de buen gobierno, de compromiso político, de honestidad en sus municipios, barrios, empresas, etc…

El Comité aprobó un documento (que pronto se publicará en este blog) que se debatirá en la Conferencia Política Provincial que tendrá lugar en el mes de septiembre, poco tiempo hay para que ese documento pueda debatirse con rigurosidad en el seno de las agrupaciones locales del PSOE, pero no obstante estamos convencidos que nuestros dirigentes sabrán articular los mecanismos necesarios para que esos debates se produzcan y fruto de ellos la Conferencia Política sea todo un éxito y el PSOE de Sevilla se vuelva a convertir en el motor no sólo del socialismo andaluz, sino del socialismo español.

Parece que por fin el PSOE, o más bien nuestros dirigentes, toman conciencia de que las cosas han cambiado, que ya nada es igual, que hay que hacer las cosas de otra manera para que nuestro discurso político tenga el máximo respaldo social, que nuestro organización se debe adaptar a los actuales tiempos para no sólo aguantar la actual tempestad sino para salir reforzados de la misma.

Hoy nuestros responsables han plantado un gran árbol, sólo si entre todos lo cuidamos con esmero durante mucho tiempo, empezará a dar sus frutos, al principio éstos serán pocos, pero con el paso del tiempo y con la dedicación constante los frutos serán más y de mayor calidad, y pasará el tiempo y ese árbol verá pasar a la generación que lo plantó y luego a la que lo cuidó en los primeros años y luego a aquellos que ya sólo tenían que regar, abonar, limpiar de malas yerbas los alrededores, eliminar las ramas secas o podridas…, y sólo si ese árbol ha sido capaz de profundizar sus raíces en el suelo de la sociedad, si su sombra es capaz de dar cobijo al cansado y su porte lo hace tan bello que jamás nadie osaría talarlo…al final resistirá cuantos embates del viento, tormentas, especulaciones urbanistas vengan.

En fin…nosotros, los de antes, ya no somos los mismos.

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