En los próximos días las y los
militantes del PSOE en Andalucía están llamados nuevamente a las urnas, en este
caso para la elección de las y los delegados para el Congreso Regional y para
los congresos provinciales.
La participación de la militancia
de base se concentrará en una única votación, en listas cerradas y bloqueadas,
desgraciadamente estos aspectos después del 38 Congreso quedaron relegados a la
Conferencia Política a celebrar el próximo otoño. Así sólo aquellas
agrupaciones, donde su Secretario/a General, Comité Local o Asamblea, sean lo
suficientemente valientes propondrán hacer previamente una elección en listas
abiertas, para luego conformar la lista a presentar por el Comité a la
Asamblea, con el compromiso de no presentarse más candidaturas, y así se podría
recoger fielmente el sentir de la militancia al menos de las agrupaciones para
la elección de delegados y delegadas, pero desafortunadamente su participación
concluiría ahí, sin posibilidad de elección directa ni al Secretario o Secretaria
General Regional ni Provincial.
Las y los militantes estamos
jugando al poker con cartas marcadas por la Dirección, es difícil ganar la
mano, pero no imposible. Para ello las y los compañeros tendrán que hacer un
esfuerzo para proponer en sus distintas agrupaciones otro modelo de Partido, y
tener la valentía suficiente de configurar listas propias, sin padrinos, sin
entrar en el “tradicional” debate de nombres.
Es tiempo de valentía, después de
las derrotas sufridas, municipales, generales y andaluzas, ha llegado el
momento de empezar a hacer las cosas de manera distinta. El Gobierno del PP
cada vez baja más en su popularidad, sin embargo el PSOE no es capaz de recoger
el desencanto ciudadano, España y Andalucía corren el serio riesgo de tener
unos parlamentos a la “griega”, es necesario por tanto que el PSOE sea capaz de
concentrar el desencanto para convertirlo en ilusión, no cabe otra y desde
modelos políticos fracasados o superados, es difícil ser el altavoz de una
ciudadanía que cada vez se rebela más contra la actual situación, de la que
culpan principalmente a los partidos políticos.
No es momento de mayorías
mezquinas, es el momento de hombres y mujeres valientes, dispuestos al
compromiso y al trabajo sin recompensa, que luchen por una sociedad más justa,
más libre y más solidaria.
Desgraciadamente la dirección del
PSOE sigue sin oír ni la voz de la calle ni las voces de su propia casa, al
menos hoy ha perdido una nueva oportunidad de empezar a cambiar el rumbo,
mañana quizás sea tarde.
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